Cómo hacer una buena transición al calzado minimalista.

Lo primero que queremos contarte es que NO Todas las personas necesitan hacer una transición larga y calculada. Va a depender de muchos factores, pero si andas bastante a pie pelado y usualmente usas zapatillas bajas, posiblemente puedas pasar de manera muy orgánica a este tipo de zapatos. Esa fue nuestra experiencia.

Si, en cambio, acostumbrabas a usar zapatos altos, muy duros o demasiado amortiguados, te dejamos algunas recomendaciones que te ayudarán en tu transición.

No te olvides de escuchar tu cuerpo y poner tus propios límites. Si tienes alguna molestia que perdura en el tiempo o alguna patología en tus pies que te preocupe, anda a un especialista que pueda orientarte de manera personalizada en tu transición.

1. Empieza de forma gradual. Comienza usando calzado minimalista periodos cortos, una hora al día por ejemplo, para que tus pies se adapten poco a poco. Te recomendamos comenzar a usarlos durante actividades menos intensas, como estar en casa, en la oficina o realizar tareas ligeras.
   A medida que te sientas cómodo, anda aumentando ese período de tiempo. Por ejemplo, una hora diaria más cada semana. Incluye caminatas más largas y superficies más duras.
   
   
2. “Entrena” tus Pies: Puedes realizar ejercicios de movilidad, fortalecimiento y estiramiento para tus pies. Caminar descalzo sobre superficies variadas es otra manera muy efectiva de entrenarlos.
   
   
3. Escucha tu cuerpo y sé paciente: Es normal sentir alguna molestia o fatiga muscular al inicio, pero si tienes dolor agudo, reduce el período de uso y dale más tiempo a tus pies para adaptarse.
   A veces la transición puede ser más larga. No te desanimes, cada persona tiene sus propios tiempos.
   
   
4. Sé flexible: No es necesario que uses calzado minimalista en todas tus actividades. Por ejemplo, si vas ha hacer una larga caminata, lleva también tus zapatos tradicionales y cámbiatelos si tu cuerpo lo pide. También recomendamos que uses calzado específico cuando corresponda, ya que nuestras zapatillas no están hechas para deportes de cancha, gimnasio o trekking en el cerro.

Finalmente recuerda que la transición al calzado barefoot es única para cada persona.

Tomar estas recomendaciones te ayudará a evitar lesiones y disfrutar el proceso… ya verás como te irás sintiendo mejor y no podrás volver al calzado tradicional.